Sentencia del Tribunal Supremo de 29 de noviembre de 2013 (D. ANTONIO SALAS CARCELLER).
TERCERO.- (...) en sentencias, entre otras, de 26 octubre 2011 (Rec. 1345/2008), 30 abril 2012 (Rec. núm. 652/2008) y 15 julio 2013 (Rec. Núm. 761/2011) tiene declarado que el apartado Segundo del Anexo del Texto Refundido de la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor, sobre la explicación del sistema de indemnización por accidentes de tráfico, dentro de la letra b), que alude a las indemnizaciones por lesiones permanentes, contiene una referencia al modo de proceder para calcular la puntuación conjunta que ha de corresponder al perjudicado que sufra diferentes lesiones permanentes; todas ellas concurrentes por derivar del mismo accidente de tráfico. Con ese fin se fija una fórmula y unas reglas que han de ser observadas para la correcta aplicación del sistema, cuya vulneración es revisable en casación por tratarse de una norma jurídica sustantiva; y las referidas sentencias coinciden en la aplicación de dicha fórmula [ [(100-M) x m] /100 ] +M], precisando que "M" equivale a la secuela con puntuación de mayor valor y "m" a la secuela con puntuación de menor valor; de modo que el valor resultante de la primera operación debe integrar el valor "M" en la segunda y así sucesivamente, sin que la puntuación total pueda exceder de 100 puntos.
Ello responde a una interpretación según el sentido de las palabras empleadas por el legislador (artículo 3 del Código Civil) al definir dicha fórmula y su aplicación, siendo además la que más se ajusta a la lógica del sistema.
Cuando se dice en el Anexo que "si son más de dos las lesiones concurrentes, se continuará aplicando esta fórmula, y el término «M» se corresponderá con el valor del resultado de la primera operación realizada" se está refiriendo exclusivamente a la incorporación de una tercera secuela a las operaciones (que será la segunda de mayor valor), pues podría tener sentido que el valor "M" se mantuviera para todas las operaciones sucesivas correspondiéndose con el de la secuela de mayor valor, pero no parece lógico que se hiciera coincidir siempre con el de la primera operación realizada. También opera a favor de la interpretación propugnada el hecho de que la misma norma establece que "si en las operaciones aritméticas se obtuvieran fracciones decimales, se redondeará a la unidad más alta", pues de seguir la interpretación que sostiene la parte recurrente el redondeo únicamente procedería al principio y, en su caso, al final de las operaciones y no en las "operaciones aritméticas" en general, deduciéndose de la norma que tales "fracciones decimales" pueden resultar e cualquiera de las operaciones sucesivas a realizar por la concurrencia de varias incapacidades concurrentes.
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